
Detrás de cada mano abierta que se tiende tiendo a ver languidez y dejadumbre. Patente también, dirías que sombreado a carboncillo, a veces a cabroncillo, incluso sanguina, ¡o aguafuerte! Veo decía sombras de nuestra naturaleza cavernaria, de hombre lobo para el hombre, el demonio de la caridad que extiende jerarquías, pagarés y deudas diferidas. Detrás de cada mano abierta que se tiende y detrás del aguafuerte, apenas visible, hay simples ganas de conocernos y conocerse. Cierto es. Merece la pena saltar hacia el vacío.
La imagen de las manos es parte del libro From The Inside Out
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